Estas postales de amor están recogidas en el sofocante verano sevillano, pero A y C empezaron su romance hace once años, en uno de los bellos otoños de Setenil de las Bodegas. Fue un comienzo de insistencia y larga espera, luego de prisa y plantón, fue un comienzo como mandan las buenas historias.
Él la vio hada desde la barra de una discoteca y ella creyó que se le escapaba por las rendijas de su indecisión.
El debe llevar miles de kilómetros en las suelas , subiendo montañas, descubriendo caminos, corriendo en pistas, calles y carreteras. Ella debe haber regalado otra cantidad similar de sonrisas, en casa, a las amigas, a los niños con los que trabaja y a los desconocidos que se cruzan con ella. Ella es generosa en subir la comisura de los labios, él tiene un corazón tan ancho como un kilómetro.
Son nuestros novios de agosto y Juan Justo, cámaras al cielo, les ha entregado una preboda que hace que Las Mencantan queramos volvernos a casar. Si, lo sé, tú seguro que también.
La fiesta está ya preparada,una fiesta larga y de las buenas, porque es lo que querían, una celebración bonita y divertida para compartir su compromiso, que además, viene con bebé incluido.
No podemos hablar aún del vestido de novia de C como tampoco lo haremos de los mensajes wasap que A le envía cada mañana.
"Toda mirada era un festejo de sol, de estar de abismo iluminado"...eso le escribe A a C en su cuenta de instagram, versos del poeta venezolano Pepe Barroeta. Está claro que la sigue viendo hada, sin saber que él es pura magia.